lunes, 5 de noviembre de 2012

ARCO (La gran exhibición de fraudes)


Llevo años intentado responder a la pregunta ¿Qué es y que no es arte?. He sido, y sigo siendo, discípulo de grandes "entendedores" del arte, y todos ellos tienen enredosas respuestas para estas esta difícil pregunta. Al final para ellos lo que es arte es lo que más se cotiza en el mercado del consumo capitalista, y como no también lo salen de sus manos.

He llegado a la conclusión que si el arte es cultura, cultivo en un crecer interior personal, al final el arte que más disfruto y valoro es el que veo en la calle, en los colegios, en personas cercanas y no tan cercanas, situaciones que me surgen alrededor de una manera casual. Conozco una cantidad importante de personas que trabajan su propio arte, pintores, músicos, actores, enfermos mentales, amas de casa, .... que muestran sus proyectos tal cual les sale de su interior y no como les impone nadie. Ahora comprendo que "ARTE" hay mucho y en muy diversos lugares, y lo que nos están vendiendo como "arte" desde hace años solamente es "Arte Prostituido".

Uno de los campos del arte más polémicos que llevaron a la sociedad elitista a replantearse esta cuestión tan complicada es el Arte Contemporáneo, en todas sus corrientes. He de reconocer que soy un "amante incondicional" de estas corrientes que tanto me han hecho evadirme del mundo a través de extrañas manifestaciones plásticas,con su diversidad de inadecuados materiales. Pero todo este despliegue de arte muchas veces incomprendido no se limita solamente a las millonarias obras que bien podrían confundirse con la basura acumulada por los limpiadores de un museo. "Mierda en una lata" al fin y al cabo salida de dentro (nunca mejor dicho) pero ¿hasta que punto puede llegar alguien y ponerle un precio desorbitado?, ¿acaso ese millonario P.V.P. no sería mejor ser repartido entre los miles de artistas que han expulsado su "mierda" (artisticamente hablando)?. He visto maravillas plásticas salidas de mentes ingresadas en psiquiátricos, en conclusión son manifestaciones artísticas sin filtros sociales y son tan dignas de contemplar y de valorar como otras obras de grandes "sicarios del arte"

Puede ser que Albert Boadella no esté de acuerdo al 100% sobre mi amor al "arte raro", pero he de reconocer que su crítica al negocio del arte (arte prostituido) hace que me sienta obligado (o no tan obligado) a aplaudirlo.
Comparto su artículo "ARCO", es digno de analizar:

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"Hace tan solo unos días unos trabajadores descargaban los extraños objetos y el comisario controlaba la operación de transporte de los bultos. Lo hacía para que no confundieran un envoltorio con una obra, pues no sería la primera vez que alguna relevante creación ha ido a parar a la basura. Como siempre, aquellos obreros que procedían a destapar los chismes no podían imaginarse que dentro de unos días entrarían en las salas un enjambre de ciudadanos, los cuales deambularían errantes y perplejos ante aquella estrambótica colección de trastos. En caso de que alguien se dedicara a informar a los obreros diciéndoles que la mayoría de artefactos descargados se cotizarían cien mil veces más que su nómina anual, lo habrían tomado por un cachondo.
Les cuento esta escena ya que estoy convencido que sucede de forma muy parecida cada año en estas mismas fechas. Concretamente hoy, la gran exhibición de fraudes ha dado comienzo en Madrid con asistencia de un plantel de autoridades. A esta acumulación de secreciones especulativas y residuos de vertedero se le viene llamando ARCO y goza de gran predicamento entre los medios. Infinidad de reportajes y cientos de artículos aparecerán en los días venideros para relatar, mediante un alud de panegíricos y disquisiciones, la más sórdida descripción de la nada.
La nada es lo que atrae con mayor fuerza los profesionales de la escritura, y el éxito de toda esta falacia que llaman vanguardia o arte contemporáneo, se debe precisamente a ello, de no ser así, jamás hubiera subsistido semejante acumulación de engendros. Es evidente, que si una obra tiene un alto componente artístico compromete en gran manera aquel que la describe o analiza, en cambio, si no hay nada, permite el libre albedrío literario sin riesgo alguno. En este sentido, queda claro que los del gremio de la escritura constituyen actualmente los mayores homicidas de las artes al mismo tiempo que promocionan el fraude. Desde hace un siglo ellos vienen encumbrando la nimiedad para sacar tajada. Lo hacen porque la misma impunidad de que goza el carota constructor, alcanza también al cronista, que solo por exaltarla, se convierte automáticamente en experto. El experto es hoy la figura imprescindible para distinguir entre la manualidad terapéutica de un paciente del frenopático y un Barceló. Sin esta figura crucial el tocomocho no funciona.
Esta es la realidad que hace posible ARCO e innumerables museos y galerías de la nada que cuentan además con gran apoyo institucional. Es algo así de simple y por eso funciona. Las buenas estafas siempre son sencillas porque juegan con lo más primario. Si la estrategia es demasiado compleja solo sirve para un único golpe y toca desaparecer ipso facto. En el caso que nos ocupa, la trama es muy duradera porque es elemental, solo se necesita un vivales que prepare el artificio, un aprovechado que lo ensalce y un acomplejado que lo compre. El primero en descubrirlo fue el pícaro Picasso, creó escuela, y desde entonces el éxito ha sido de tal magnitud que ya nadie pinta ni esculpe con oficio ¿Total para qué?"

Hasta pronto…si Dios quiere